sábado, 20 de marzo de 2010

y qué mierda es todo esto?


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Qué decir qué hacer cómo actuar . Pensar me mantiene distante, me mantiene inmóvil y a la vez, no me permite ubicarme. Negar el instinto no me deja ser. No encontrarle un sentido lógico a todo puede ser lo más certero. Jugarse por lo que se siente, instintivamente. Mantener un equilibrio inexacto y complejo. Sincerarse hasta que nos mostremos crudos. Sin la cocción del logos.

¿Y QUÉ MIERDA HAGO ACÁ SENTADO CUANDO QUIERO HACER OTRA COSA? ¿Por qué carajo tiene que existir una predisposición a la negación del deseo?

Pero no la satisfacción superficial y vacía. La satisfacción interior, la paz mental. El hacer porque quiero, sin negarme por un miedo a algo que sólo existe en mi mente y carece de ubicación en el plano real y tangible.

LO CONVENCIONAL vs LO NO CONVENCIONAL. LO REALISTA vs EL ABSURDO

Si te quiero decir te amo, por qué me niego? Por qué enaltecer mi orgullo negandome a demostrarte todo mi amor?

El orgullo como barrera a la sinceridad. Y no se trata de no hacernos valer. Se trata de hacernos valer POR LO QUE SOMOS, y no por la imagen que representamos al negar lo que sentimos.

Si vivimos una vida sensacional. Llena de sensaciones. Horribles,hermosas,fétidas,gustosas. Lindas y feas nucleadas en un abstracto concepto que hace que para lo que a mi me me importa tal vez al otro no. Que lo que a mi me gusta, al otro tal vez no le gusta. Bien y mal que no existen. Una historia bíblica que nos cuentan hace 2 milenios. La vida no se trata de bien y mal, no se trata de una moralidad absurdamente obsesiva. Pero tampoco se trata de una acomplejada falta de respeto al deseo ajeno.

Y mis palabras tal vez van perdiendo un hilo conductor lógico. Pero realmente, no me importa.

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